RUISEÑOR COMUN
El ruiseñor común[2] (Luscinia megarhynchos) es una especie de ave paseriforme anteriormente clasificado como un miembro de la familia Turdidae, pero ahora generalmente considerado parte de la familia Muscicapidae.
Es un ave migratoria insectívora que cría en los bosques de Europa y de Asia. Tiene una distribución más meridional que su pariente cercano el ruiseñor ruso (Luscinia luscinia). Anida cerca del suelo en arbustos densos. Pasa el invierno boreal en el sur de África y retorna a Europa en la primavera para el apareamiento.
El ruiseñor común es algo mayor al petirrojo, con un largo de 15-16,5 cm. El dorso las alas y la cola son de color castaño y el vientre de color pardo claro. No hay mucha diferencia en aspecto entre los sexos.
El ruiseñor común macho es bien conocido por su fuerte canto, con un registro de silbidos, borboteos y otros sonidos. Aunque también canta durante el día, tiene el hábito poco común de cantar hasta bien entrada la noche; su canto sobresale en esos momentos, pues hay pocos pájaros más que canten a esas horas. Por eso su nombre en varios idiomas incluye la palabra "noche". Se ha descubierto en investigaciones recientes que cantan con aún más fuerza en los ambientes urbanos y suburbanos para que puedan ser escuchados por encima del ruido ambiental. El rasgo más típico de su canto es un silbido crescendo fuerte. Su canto de alarma suena como una rana.
Las poblaciones orientales tienen partes superiores más claras y rasgos faciales más fuertes, como "cejas" blancas (supercilia).
El canto del ruiseñor fue especialmente reconocido por su belleza por sobre las demás aves, al extremo de que algunos cantantes humanos son llamados "ruiseñores" en señal de admiración. El primer diccionario del castellano, de 1611, definía al ruiseñor a partir de la manera positiva en que era valorado, sin llegar a describirlo en realidad:
Dadas sus costumbres migratorias, en las tradiciones populares europeas el ruiseñor común anuncia la llegada de la Primavera porque su canto aparece en el mes de Mayo. De este modo, forma parte de la simbología que tiene esa estación en el imaginario, es decir, la belleza, el renacimiento, la juventud y el amor. El siguiente Romance, poema castellano de origen medieval, ilustra estos significados comúnmente asociados al ruiseñor:
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