jueves, 15 de diciembre de 2016


GARZA REAL


La garza real (Ardea cinerea)[2] es una especie de ave pelecaniforme de la familia Ardeidae propia de Eurasia y África.[3] [4] [1] Es un ave acuática esbelta y de gran tamaño, de largos cuello y patas, con plumaje principalmente gris. Habita en ríos, lagos y todo tipo de humedales de agua dulce y salobre. Es sedentaria en las regiones templadas, pero muchas poblaciones migran en verano a zonas más frías y a zonas más cálidas en invierno.

Es un ave grande, que mide de 90 a 100 cm de altura,[5] con una longitud corporal de 84 a 102 cm,[6] , y una envergadura de alas de 1,75 a 1,95 m[7] y un peso de 1 a 2 kg. Su plumaje es principalmente gris en las partes superiores y gris blanquecino en las inferiores. Los adultos tienen la cabeza y parte superior del cuello blancos, con franjas superciliares negras que se prolonga en un penacho trasero delgado, y una línea veteada negruzca azulada a lo largo del cuello. Tiene un pico fuerte rosa-amarillento, brillante cuando adultos. Tiene las plumas escapulares alargadas al igual que las de la base del cuello. Los inmaduros tienen toda la cabeza gris y carecen de las oscuras de la cabeza, y su penacho trasero es gris oscuro. Su largo cuelo suele estar retraído en forma de S, y las alas arqueadas.[5] Su pico es amarillo rosáceo, recto y puntiagudo, siendo la coloración del pico de los adultos más intensa e la época. El iris de sus ojos es amarilo y sus largas patas son parduzcas.[8]
Su llamada principal es un graznido de tipo "fraaank", pero emite una variedad de sonidos guturales roncos en sus colonias de cría. Los machos emiten una llamada especial de aviso para animar a la embra a unírsele al nido, y ambos emiten varios tipos de llamadas de saludo antes de emparejarse. Los machos emiten una "schaah" alto para expulsar a otras aves de su nido y un "gogogo" suave para expresar ansiedad, como cuando se acerca un depredador o un humano anda cerca de su colonia.[8]



La garza real ocupa la mayor parte de las regiones Paleártica y Paleotrópica. La subespecie nominal A. c. cinerea alcanza los 70° norte en Noruega y los 66° norte en Suecia, pero su límite norte ronda los 60° norte en el resto de Europa y Asia hasta los Urales. Su área de cría se extiende desde la España peninsular y toda la costa meridional del Mediterráneo, los Balcanes y el Cáucaso. También está presente en las islas Canarias, el norte de África y las islas del Mediterráneo. Es remplazada por la subespecie A. c. jouyi en Siberia, Mongolia, China y Japón. En Madagascar y las islas Aldabra se encuentra la subespecie A. c. firasa, mientras que las subespecie A. c. monicae se restringe a Mauritania y las islas costeras cercanas.[8]
En gran parte de su área de distribución son sedentarias, pero las poblaciones más septentrionales son migratorias y pasan el el invierno en el sur de Europa, Asia y el África subsahariana.[8]
En su área de distribución la garza real se encuentra en cualquier hábitat acuático que pueda proporcionarle el alimento que necesita. Estas masas de agua deben tener zonas poco profundas donde puedan caminar para pescar. Aunque es más común en zonas bajas también puede encontrarse en lagos de montaña, embalses, además de los ríos, estuarios y albuferas, e incluso en la costa. A veces se alimenta fuera del agua en herbazales, y se les ha observado en zonas desérticas cazando escarabajos y lagartijas. Las colonias de cría generalmente están cerca de las zonas de alimentación, pero excepcionalmente pueden estar hasta a 8 km, y a veces las garzas llegan a buscar alimento hasta a 20 km de su lugar de anidamiento.[8]

Las garzas reales suelen volar con el cuello retraído en forma de ese. Esto es característico de las garzas y los avetoros, y les diferencia de las cigüeñas, grullas y espátulas, que vuelan con el cuello extendido.[8] Vuelan con aleteos pausados y a veces planean cortas distancias. A veces se eleva haciendo círculos en el aire a altura considerable, pero no tan a menudo como las cigüeñas. En primavera, y ocasionalmente en otoño, las garzas vuelan alto por encima de la colonia y se persiguen unas a otras, realizando maniobras aéreas y vuelos picados hacia el suelo. Las garzas a menudo se posan en los árboles, pero pasan mucho tiempo en el suelo deambulando o quedándose paradas largos periodos de tiempo en postura erguida, con frecuencia sobre una sola pata.[8]


La garza real suele alimentarse de peces, anfibios, pequeños mamíferos e insectos. Pesca en aguas someras atrapando a sus presas con su largo y afilado pico. También se les avista atrapando y comiendo pollos de otras aves, como patitos, y ocasionalmente atrapan aves mayores, del tamaño de hasta un rascón.[15] Pueden pescar al acecho, permaneciendo quietas con las patas metidas en el agua o sobre una roca o los bancos de arena de las orillas, esperando que sus presas se acerquen lo suficiente para atacarlas. También pueden pescar caminando lentamente por el agua con el cuerpo en posición menos erguida que cuando descansan y con el cuello curbado en forma de ese. Entonces alargan el cuello con gran rapidez para golpear con su pico a la presa.[8]
Se tragan los peces pequeños colocándolos con la cabeza por delante en el momento, y las presas grandes como las anguilas y las aves las llevan a la orilla para trocearlas golpeándolas contra el suelo o atravesándolas con el pico. Entonces se las tragan o arrancan pedazos más pequeños. Las garzas suelen regurgitar egagrópilas de materiales no digeribles como las escamas, huesos, pelo o los restos de los exoesqueletos quitinosos de los insectos. Sus periodos de caza principales son al amanecer y al anochecer, pero también pueden estar activas en cualquier otro momento del día. Por la noche descansan en los árboles o en los barrancos, donde tienden a ser gregarias.[8]

Las garzas reales crían en colonias, generalmente en árboles altos cerca de los lagos, riberas y demás humedales. A veces pueden anidar en otras ubicaciones como árboles bajos y arbustos, lechos de juncos y carrizales, y también salientes de acantilados. Usan los mismos nidos año tras año hasta que se caen. Los nidos empiezan como una pequeña plataforma de palitos, pero pueden terminar siendo una enorme masa de material acumulado durante años. Puede tener el interior forrado con ramitas más pequeñas, hierbas, juncos y fibras. Normalmente el macho recolecta los materiales mientras que la hembra se encarga de construir el nido. Las actividades reproductivas tienen lugar entre febrero y agosto. Cuando los individuos llegan al nido, realizan una ceremonia de saludo en la que cada miembro de la pareja despliega y pliega las alas y eriza las plumas.[16] En muchos sitios las colonias de cría están entremezcladas con algunos nidos de garza imperial y otras especies de garzas.[8]


Durante el cortejo el macho emite llamadas desde el lugar de anidamiento elegido. Al llegar la hembra ambos empiezan a deplegar las alas y alagar el cuello hacia arriba, y luego lo balancean hacia atrás y adelante simultáneamente. Al mismo tiempo flexionan sus patas antes de volver a su posición normal. También realizan exhibiciones en las que estiran el cuello hacia delante y luego bajan la cabeza a la altura de los pies mientras ambos castañetean con el pico. Pueden realizar esta exhibición de veinte a cuarenta veces seguidas. Una vez emparejados, las dos garzas se acarician la una a la otra y acicalan mutuamente. Entondes el macho empieza a ofrecer a la hembra palitos que ella incorporará al nido. Con ello el macho se excita, incrementa los acicalados a la hembra y se produce la cópula.[8]


La hembra suele realizar una puesta de tres a cinco huevos,[7] aunque a veces pone puedde poner solo dos o llegar a los siete huevos. Los huevos son de color azul verdoso claro con la superficie mate. Miden una media de 60x43 mm. Suele poner los huevos con intervalos de dos días entre cada uno, y la incubación empieza con la puesta del primer o segundo huevo. Ambos miembros de la pareja toman parte de la incubación, que dura unos 25 días. Ambos progenitores llevan comida a los polluelos. Al principio los polluelos toman el alimento regurgitado del pico de los adultos. Más tarde los adultos regurgitan la comida en el nido y los polluelos se lo disputan. Los polluelos tarda siete u ocho semanas en dejar el nido. Generalmente hay una sola nidada por temorada. aunque algunas vez se registran dos nidadas.[8]
La garza real más vieja registrada tenía treinta y tres años, pero la esperanza de vida media de las garzas silvestres es de unos cinco años. Solo un tercio de los juveniles sobrevive para llegar a su segundo años de vida, y muchos son víctimas de los depredadores.[16]


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